La larga hibernación del Onso

04 Julio, 2023

28 marzo 2021

La larga hibernación del Onso

Hace más de un año que el mundo se ha parado. Un freno que nos vino de golpe y que poco a poco fue aflojándose para permitirnos volver a vivir una normalidad bastante anormal, en la cual hay carencias de muchos tipos, entre ellas la ausencia de festividades y celebraciones.

Els Ports es una tierra de celebraciones, aquellas que marcan de manera clara y cíclica el paso de las estaciones cuando va avanzando el año, que nos despiertan sentimientos de alegría cuando se aproximan, de euforia cuando acontecen y de nostalgia cuando pasan.

Si pensamos en el sentido de la fiesta desde un punto de vista antropológico, podemos verla como un hecho que se caracteriza por la espontaneidad, una efusión de sentimientos fuera del convencionalismo habitual en el cual “conviven la hermandad, la solidaridad, la amistad, la teatralidad y el caos” (H. Bouché). Un hecho, desde antiguo, necesario para mantener el equilibrio en la sociedad, una sociedad que en el pasado estaba compuesta por personas encajadas en clases sociales mayoritariamente pobres que necesitaban algunas celebraciones para evadirse y poder soportar mejor su dura vida.

Actualmente mantenemos las fiestas con un sentimiento de identidad colectiva, unas celebraciones donde nos vemos reflejados como pueblo, y las disfrutamos con una efusividad que nos ayuda a sentir el latido de nuestra pequeña sociedad.

Hemos pasado un año sin fiestas, sin celebrar colectivamente nada, sin poder abrazarnos o reír hasta las tantas con un cubata en la mano y bailando como si fuera el fin del mundo. Y tenemos muchas ganas. Ganas de volver a reencontrarnos, ganas de bailar al sonido de una charanga en las fiestas patronales, de ver la procesión con las danzas al sonido de la dulzaina y el tabal, de ver levantarse el maio de la barraca de Sant Antoni con un silencio que corta la respiración, ganas de gritar a pleno pulmón “¡¡¡Onso, Onso!!!” un sábado a la llegada de la primavera cuando se hace de noche entre el nerviosismo de pequeños y mayores...

Ayer hubiera sido esta noche, la noche que el Onso aparece en la plaza de La Mata para recordarnos que las tradiciones tienen un misterio delicioso que hace que no podamos hacer otra cosa que estimar nuestra tierra. La llegada de la primavera a La Mata se celebra con la representación de la caza de este oso, una persona vestida con pieles de animal, un oso que sale de la invernación para ser cazado y bajado al pueblo. Una celebración cuyos inicios se pierden atrás en el tiempo y que en la comarca solo se lleva a cabo en este pueblo.

Este año, este peculiar personaje no ha aparecido, y así como el Onso en La Mata, el resto de tradiciones de los pueblos de la comarca seguirán invernando un tiempo más para despertar con más fuerza en un futuro próximo y para recordarnos la importancia de su pervivencia y el especial sentido y significado que tienen para todos nosotros.

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